Realizar estiramientos durante 5-10 minutos al día
Estirar después de haber salido a correr o haber hecho pesas es la mejor forma de reducir dolores y agujetas tras el ejercicio, pero también es muy bueno aunque no se haya realizado deporte. Se ha descubierto que estirar entre 5 a 10 minutos antes de ir a dormir mejora la calidad del sueño e incrementa la sensación de haber descansado totalmente.
Apostar por comida saludable
Es importante procurar elegir comidas menos procesadas y con menos procesos químicos como pueden ser legumbres, verduras, lácteos, etc.
Beber la suficiente agua
Después de un largo sueño, el cuerpo necesita hidratación. Por ello, es recomendable beber un vaso de agua nada más levantarse para poner en marcha el metabolismo, sentirse fresco y conseguir que el cerebro empiece con más fuerza el día.
La hidratación es muy importante. Por eso, beber al menos 2 litros de agua al día ayuda a la hidratación y evita la retención de líquidos.
No fumar
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. Además, el consumo de esta sustancia puede causar multitud de enfermedades.
Realizar cinco comidas al día
Es recomendable no pasar más de 3 horas sin comer. La clave está en comer muchas veces al día, en pequeñas cantidades y de forma equilibrada. Cinco comidas al día: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.
Dormir 7-8 horas diarias
Descansar bien es muy importante. Se recomienda dormir entre 7 y 8 horas diarias. De hecho, dormir menos de 6 horas puede afectar gravemente a la salud. Entre otras cosas, puede producir aumento de peso, problemas cardiovasculares, cansancio o ansiedad.
Relajarse
Toda amenaza que el cuerpo recibe, sea física como el dolor, alguna enfermedad, el hambre, o psicológica como la depresión y la ansiedad, produce estrés. De esta manera, una muy buena forma de relajarse es practicando yoga o meditación, escuchando música o leyendo un libro.
Visitar a un médico de confianza
El médico puede ayudar a modificar factores de riesgo de padecimientos que aún no presentan síntomas. La mayoría de enfermedades pueden curarse si son detectadas a tiempo, por eso, realizar una revisión es de vital importancia.